lunes, 8 de octubre de 2007

Las sociedades se desarrollan, la tecnología mejora nuestras vidas…Pero los días siguen durando 24hs.


Acarrea mi cabeza un dilema digamos que existencial, aseguro, no soy la primera a la que le atañe, sin embargo, se me da de forma peculiar. Déjenme contarles:

Últimamente me acuesto y levanto pensando en “todo lo que tengo que hacer” y en “todo lo que quisiera hacer”. Nunca logro encontrar un punto medio a mis balances, siempre han sido desequilibrados a mi parecer. Verán, mientras más pienso que tengo poco tiempo para desarrollar mis deberes (digámosles “mis deberes con fecha de vencimiento”), mas tiempo pierdo, irónico pero real.

Me agobia el paso de las horas, intensamente rápido. Le escapo la vista al reloj consumiendo las horas sol sumergida en algún libro; me enojo con el día por tener tan pocas horas, obligándome así a discernir entre: si disfruto sentada al solo leyendo, escuchando música o simplemente charlando con mi imaginación, o me pongo a cien manos a terminar esos deberes que dejé a último momento por poca pasión que me trae pensarlos.

Mi mente me juega sucio, me dice: - vete! ve un rato al sol, coje un libro, relájate un segundo, así!, luego podrás deliberarlo mejor. - ¿Adivinan? Sí, es como aquel duo de personajes, uno sobre el hombro izquierdo susurrándote lo que quieres oír. El mío es un español, diría que de Galicia, por lo obstinado y su marcado acento; y en mi hombro derecho hay dos niñas levitando, una me tortura la cabeza, su voz es de irritante conciencia; la otra dice cosas que no le entiendo, nunca le presto mucha atención, supongo, porque le tengo desmedida simpatía a este pícaro, pero locuaz personaje sentado a mi siniestra - no lo juzguéis mal, no es mala persona, está bien educado, y viene de familia importante, sería bien aceptado en cualquier hogar. Solo que está enervado con la sociedad y los horarios que esta impone; me ruega que no le canse con cosas que no harán mucho a mi persona. Les confieso, que hemos tenido grandes discusiones por este tema, sus tajantes caprichos me alteran; pero es tan bueno! Luego él me habla al oído, con voz suave y en tono pausado que realza su acento, él me dice, dice que no siempre tiene la verdad, que él solo dice lo que piensa… Me agrada cuando se disculpa, es como un ronroneo a mi corazón - Pero momento! No nos vayamos del contexto sin terminar la idea, ya os presenté a mi amigo y no quiero desvariar más.

Hablaba de las horas y las obligaciones con mis compañeros, llegábamos a estar de acuerdo en un mismo razonamiento! Que maravilla! - Vale aclarar, no incluyamos a la niña que levita con gesto ausente y palabras extrañas; me atrevo a decir que hace alusión a mi despiste, pues estábamos en medio de esta conversación y sorpresivamente empezó a contarnos de un lindo auto rojo que tenía su madre. - Este pensamiento en el que coordinábamos, decía así: “la falta de voluntad, encuentra buenas excusas para retrasarte”, pero todos sabemos que cuando dejas pasar las cosas, el tiempo las empeora. ¿Ya ven a donde quiero llegar? Les digo entonces, si los días durasen más, o si existiese ese bendito día Osvaldo que nos vende Quilmes en sus publicidades, con la gran teoría de 5 días laborales, quizás media jornada mas por el sábado y sin falta 2 días y medio de descanso y para el provecho de cada quien a su gana… “Domingo y Osvaldo”. ¿No nos aprovecharía mas el tiempo?, es decir, ¿no lo llevaríamos con mas calma? De repente!, así como así, agregar un día, y entonces, los horarios podríamos distribuirlos en 24 horas más todas las semanas.

Hay! Que engaño, se apagaría con tal brevedad la alegría de esta extensión de tiempo como la nieve al tocar el húmedo pavimento urbano. La sociedad emprendería extensos proyectos de mayor carga horaria, se perdería lo sagrado del descanso en ese día, la interminable semana se volverá más larga y desde entonces con 8 días por delante para que termine. Y así, nuevamente, las horas de ocio se limitarán a aquel viaje, ese de 30 minutos, arriba del transporte público, mirando las luces de la ciudad, con un caldeado ambiente de cuerpo humano y chiflidos de aire frió en cada parada; luego, la bajada, tocas el timbre y caminas a casa, solo un par de cuadras para terminar de desarrollar tu idea bajo las luces de las farolas que se esconden en las copas de los árboles, y apuras el paso a casa.

Dejando de lado toda compostura literaria - si puede llamársele así - les anticipo mi conclusión… “EL TIEMPO ES JODIDAMENTE CORTO” - mi compañero se vanagloria de mi arrebato, con ojos chispeantes me aplaude la irracionalidad de mi rencor contra la nada, pero yo sé que es contra mi misma.- Y por último, recuperando mi seudo seriedad, termino con una pregunta explicada…

Pregunta:
¿Cuál es, la forma de aprovechar el tiempo que seguirá siendo de 24hs, siendo que este no conste de una estructuración en forma metódica regulando así lo que voy a hacer en el día entre las 9:15 y las 12hs, luego almuerzo y ver que puedo adelantar de la facultad entre las 15hs y las 17hs, agregando además en algún espacio la convivencia que quiero dar a las personas que me brindan su compañía?

Explicación:
Amigos, odio la rutina y todo lo que le concierne, me abstengo de hacer vida con horarios de oficina. No digo que los rechace, se que en este caso lo mas sensato es mediar lo que quiero y lo que debo con lo que puedo, encontrar el equilibrio, el punto medio. Pero siempre he sido amante del caos y todavía no le quiero menos…



3 comentarios:

Unknown dijo...

Mira, es el dilema con el que todos se encuentran cuando están en la universidad! Yo creo que eso de andar buscandosé los tiempos para hacer los deberes tiene que ver con dos cosas: 1-Falta de motivación (que puede ser porque no te "divierte" lo que tenés que hacer, o porque de verdad no tenés algo fatal que te empuja a hacer las tareas. Ej: Ya no tenés viejos, así que o estudias o te cagás de hambre; Cuando te pasa algo grave, te apurás, no tengas duda. 2- Que no has cumplido tus necesidades básicas (sea cumplir sueños de niño? sea falta de amor? esas cosas que el cerebro sabe pero no se las dice a nadie, viste) entonces empezas a divagar y preferís no hacer nada (casi depresivamente) en una especie de rebeldía...

megribe dijo...

¡Anarquía temporal! ¡Muerte a los relojes!!!!!! =P

Chole. dijo...

Heero - usas palabras correctas para definirlo "dilema, buscándose, tiempos, necesidades, falta, amor, divagar" realmente tiene que ver con un poco de todo eso.

Megribe - increible frase, habría que intentar un movimiento de anarquía temporal, como estos movimientos de "apaguen sus celulares y boicot" que hay por estos días.